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Fotografía de Paisaje

   El paisaje es, con toda probabilidad, la primera temática a la que uno se enfrenta al empezar en fotografía. Posiblemente, porque es la más fácil de probar y en la que no se depende de terceras personas.

   Ser fácil de probar no quiere decir que sea algo sencillo. Es más, según nos vamos adentrando en el mundo del paisaje, nos percatamos de que la cosa se complica. ¿Cuántas veces hemos pasado el día tomando imágenes de lugares con encanto y, cuando las vemos detenidamente en casa, nos parecen planas y aburridas?

   Lo cierto es que abordar la fotografía de paisaje no es tan complicado, pero sí requiere de unos conocimientos previos que nos ayudarán a enfrentarnos a cada situación.

TRIÁNGULO DE LA EXPOSICIÓN

   El primero de los conceptos que hay que tener claro (esto no es fotografía específica de paisaje sino, simplemente, fotografía básica) es el Triángulo de la Exposición y la relación existente entre los tres factores que intervienen en ella: Velocidad de Obturación, Abertura de Diafragma y Sensibilidad ISO.

   Lo que siempre se ha llamado Ley de Reciprocidad. La cantidad final de luz que llega al sensor (exposición) no variará mientras cada movimiento de uno de los controles, lo compensemos con cualquiera de los otros dos.

   Imagino que no será necesario, pero voy a recordar cómo afecta a la imagen final la manipulación de uno u otro control.

   Velocidad de Obturación: Se define como velocidad de obturación al espacio de tiempo que el obturador permanece abierto, posibilitando la acción de la luz sobre el sensor.

   El obturador afecta al movimiento de la escena. Un motivo fotográfico en movimiento quedará estático o movido, según la velocidad a que se desplace dicho motivo, la velocidad de obturación que empleemos para hacer la fotografía, y el posible movimiento del fotógrafo al realizarla (trepidación).

   Abertura de Diafragma: El diafragma es el mecanismo de la cámara que determina el tamaño de la abertura, es decir, la cantidad de luz que deja pasar un objetivo. Funciona como el iris del ojo humano, abriéndose o cerrándose para permitir que entre más o menos luz.

   El diafragma afecta a la Profundidad de Campo, que no es otra cosa que el espacio, por delante y por detrás del punto de enfoque crítico, en que se mantiene el mismo grado, o casi, de nitidez.

 

   "Con un diafragma más abierto, la profundidad de campo se reduce, quedando enfocada una menor parte de la escena".

 

 

"Un diafragma más cerrado produce una mayor profundidad de campo, pudiendo conseguir que todos los planos de la imagen tengan una gran nitidez".

 

   El diafragma no es el único factor que interviene en la Profundidad de Campo, sino que ésta se complementa con otros dos. Vamos a verlos.

   Factores que determinan la Profundidad de Campo.

      • Diafragma. Produce mayor profundidad de campo cuanto mayor es el número “f”, (cuanto más cerrado está).

   "A menor abertura de diafragma, mayor profundidad de campo".

     Distancia focal. A medida que aumenta la distancia focal (más tele, menos angular), disminuye la profundidad de campo.

   "A mayor distancia focal, menor profundidad de campo".

      • Distancia al objeto. La profundidad de campo es mayor según aumenta la distancia entre cámara y objeto.

   "Cuanto más se aleje el punto de enfoque, mayor es la profundidad de campo".

     Sensibilidad ISO: Coloquialmente, entendemos el valor ISO como un indicador de la rapidez con la que un sensor responde a la luz incidente. Sin embargo, no se trata realmente de velocidad sino de cantidad, o sea, de cuánta luz se necesita para alcanzar una exposición correcta.

   Con valores ISO más altos necesitaremos menos luz para hacer nuestra foto, pero eso influirá negativamente en la calidad de nuestra imagen.

   Para fotografiar paisajes y siempre que sea posible, trabajaremos con la sensibilidad base del sensor, que suele ser la más baja. Normalmente 100 ISO, excepto Nikon que es 200 ISO.

   Decir que el aumento de ISO está directamente relacionado con la aparición de ruido. En este caso, ruido de luminancia. El ruido de color está relacionado con la subexposición. Evidentemente, este ruido de color también será más visible si una fotografía subexpuesta está realizada con un ISO elevado.

HIPERFOCAL

   Un nuevo concepto entra en juego en la fotografía de paisaje y será imprescindible conocerlo si queremos conseguir una imagen enfocada desde el primer plano, hasta el último.

   Distancia Hiperfocal: Es la distancia a la que debemos enfocar para conseguir la máxima Profundidad de Campo, extendiéndose esta desde el punto más cercano posible a la cámara, y alcanzando siempre hasta el infinito.

   Al utilizar la Distancia Hiperfocal, la distancia más cercana al fotógrafo que quedará enfocada, dentro del rango de profundidad de campo, variará dependiendo del modelo de cámara (factor de recorte), la lente utilizada (distancia focal) y el diafragma (nº f).

"Tabla de Profundidades de Campo e Hiperfocales para una cámara Canon 5D, con un objetivo de 17 mm".

   Una vez establecida la distancia hiperfocal, si variamos la distancia de enfoque hacia nosotros, podremos enfocar cada vez más cerca de la cámara, pero perderemos el foco en el infinito.

   Por el contrario, si movemos la distancia de enfoque, alejándonos de la cámara, mantendremos enfocado el infinito, pero perderemos enfoque en los primeros planos.

   Curiosamente, enfocando a la distancia hiperfocal, el espacio enfocado por delante de ese punto, llega siempre hasta la mitad de esa distancia. Por ejemplo, para una cámara de sensor full frame y una lente de 17 mm., trabajando con un diafragma 11, vemos que la distancia hiperfocal corresponde a 87 cm. Si enfocamos a ese punto, la profundidad de campo se extenderá desde los 43 cm., hasta infinito.

   Hace un tiempo se hacía indispensable llevar una tabla de Hiperfocales para los objetivos utilizados, o memorizar unas medidas para unas lentes y diafragmas concretos pero, actualmente, el conocimiento y la utilización de la distancia hiperfocal exacta para cada situación fotográfica se ha simplificado con el uso de aplicaciones para Smartphone, tipo DOF Calculator, DOF Master, Hyper Focal y apps similares; hay muchas y todas funcionan igual; elige la que más te guste.

EQUIPO

   Teniendo claro los conceptos de Triángulo de la exposición, Ley de Reciprocidad y cómo afecta a la imagen la variación de cualquiera de los tres parámetros, junto con una tabla de hiperfocales o un Smartphone en la mano, pasamos a hacer una relación del equipo necesario para abordar el paisaje.

   Este equipo no necesita ser excesivamente sofisticado. Por supuesto, una cámara y un objetivo, a ser posible un angular. Trípode y disparador.

   El uso de algunos filtros nos ayudará a lograr fotografías más llamativas o, directamente, imágenes difíciles o imposibles de conseguir sin ellos.

   Cámara. Cualquier cámara con modo Manual y B (Bulb), para exposiciones lentas, será suficiente. Por supuesto una cámara réflex, con 12 o 14 bits de profundidad de color y disparar en RAW, nos facilitará el trabajo.

   Acordaros de ajustar el espacio de color del menú, en Adobe RGB 1998, aunque si disparamos en RAW, totalmente aconsejable, lo podremos ajustar en la edición.

   Lente. Al fotografiar un paisaje tenemos que ser conscientes de la sensación de espacio y profundidad de lo que estamos viendo o la que queremos transmitir, porque ahí se encuentra la clave de la óptica que debemos emplear.

   La elección de la lente idónea es algo sencillo, una vez decidido otro factor decisivo: el punto de toma. Colocada la cámara, lo único que nos resta es ser consecuentes. Si estamos cerca del objeto protagonista y la escena se contempla panorámicamente y con sensación de profundidad, todo apunta a que el objetivo adecuado es un gran angular. Si desde lejos la vista la concentramos en algo, más bien parece que se necesita un teleobjetivo y que se está adoptando una estrategia más bidimensional que tridimensional.

   Como vemos, con cualquier objetivo se puede sacar un paisaje pero, si queremos que nuestra fotografía sea llamativa y aprovechar al máximo la profundidad de campo y la sensación de grandiosidad, deberemos ir haciéndonos a la idea de adquirir un gran angular.

   Actualmente se está haciendo extensivo el uso de angulares muy extremos, que van desde 24, hasta 14 mm. para un sensor full frame, o de formato completo. Y que pueden llegar hasta 10 mm. para cámaras con factor de recorte.

   Cuanto más angular, mayor profundidad de campo, pero también mayor deformación de líneas en los contornos de la imagen Aunque en paisaje urbano es más delicado, en paisaje rural, al carecer habitualmente de rectas verticales perfectas, es menos llamativo. Cuidado al acercar la línea de horizonte a los extremos del visor pues se hace muy notable el efecto barrilete.

   Panorámicas. Si tu objetivo no te da para recoger toda la escena elegida en una sola toma, siempre puedes intentar hacer una sucesión de tomas y montarlas posteriormente con tu programa de edición. No es complicado y se consiguen imágenes sorprendentes.

   Trípode. ISO bajo y diafragmas cerrados nos llevarán a velocidades lentas, o muy lentas, de obturación, por lo que un buen trípode será necesario para evitar una trepidación en nuestras tomas.

   Busca un trípode estable, con una altura suficiente para que la cámara, montada en él, llegue a la altura de tu cara; tu espalda te lo agradecerá. También es indispensable que permita acercar la cámara lo más posible al suelo, para tomas bajas.

   La rótula deberá, asimismo, ser estable y que una vez apretada no ceda al peso de la cámara.

   Personalmente, y después de varios trípodes, prefiero las rótulas de bola a las denominadas 3D (con tres palancas de ajuste), por su rapidez. Las más precisas son las Hidrostáticas, pero el precio se dispara.

   Si compras una rótula de bola, asegúrate de que dispone de un mando independiente para permitir, una vez fijada la bola, el giro en horizontal; te ayudará en las tomas panorámicas.

   Otra opción es un Joystic. Rápido y cómodo de usar. Yo tan sólo he usado el 222 de Manfrotto; soporta 2,5 kg. Insuficiente para mí equipo. Me parece más interesante el 322 RC2; soporta 5 kg. Y es más bajo, o sea, más estable.

   Antes de comprar, comprueba las especificaciones del fabricante y adquiere un juego de trípode, más rótula, que soporten cada uno de ellos, el doble del peso de tu equipo.

   Disparador. Te ayudará a disparar la cámara sin tener que apretar el botón disparador, con el consiguiente riesgo de trepidación. Además, el botón disparador tan sólo te servirá para disparos de 30” (o el valor prefijado como máximo en la escala de velocidades de tu cámara). En posición B, tendrás que estar continuamente presionando el botón disparador de tu cámara.

   Existen cantidad de modelos de disparadores: de cable, por radio, infrarrojos, intervalómetros, etc. Yo utilizo uno por infrarrojos, después de aburrirme de recoger del suelo el disparador de cable, que se soltaba en las tomas verticales. Y así, no tengo que abrir la tapa lateral de conexiones de la cámara, dejándola siempre cerrada y más protegida.

   Filtros. Con la llegada de la fotografía digital y de la posterior edición en el ordenador, la cosa se ha simplificado mucho. Filtros de corrección de temperatura de color, de contraste para B&N, de efectos, etc., han quedado obsoletos.

   Tan sólo unos pocos filtros se han erigido como imprescindibles para fotografía digital, especialmente para el paisaje.

   Polarizador. Interesante e irremplazable. Satura los tonos, especialmente los cielos, consiguiendo unos azules intensos y unas nubes muy marcadas. Elimina brillos y reflejos en superficies no metálicas. Magnífico en tomas de agua.

   Normalmente tienen un factor filtro (pasos EV) de 1,5, aunque empiezan a verse los denominados de alta transmisión, que rondan el 1/2 o los 2/3 de punto.

   Un apunte, recién sacado del cesto de las fotos perdidas: si haces tomas panorámicas, acuérdate de quitar el polarizador. Este filtro no satura los colores por igual, sino que lo hace, en mayor o menor medida, dependiendo del ángulo de reflexión de la luz. Con lo cual, la parte derecha e izquierda, de cada foto, tendrán diferentes tonos; y éstos irán cambiando a medida que giras la cámara hacia el sol.

   Este efecto es muy notable en el cielo, y te dará problemas para unir las diferentes imágenes, principalmente si la lente utilizada es un angular, ya que la diferencia será mayor.

   Degradado. Necesario para equilibrar las tomas donde la diferencia de luz en entre el cielo y el suelo son muy fuertes. Con un Kit de 1, 2 y 3 pasos EV será suficiente (se pueden complementar hasta conseguir 6 pasos EV). Si tan sólo te puedes permitir comprar uno, elige el de 3 pasos, ya que será el que más utilices.

   Si te defiendes con la técnica de HDR o varias tomas, con diferente exposición, de una escena, podrás arreglarte sin estos filtros. Aún así, te los recomiendo.

   Aunque hay de varios colores, es aconsejable comprarlos de color gris. El interés es que bajen la intensidad de la luz, sin afectar al color. Si, posteriormente, quieres añadir color, será muy fácil hacerlo en Photoshop.

   Degradado Inverso. Similar al degradado normal, salvo que la zona tintada va de menos a más, hasta alcanzar el punto más intenso, en la zona media del filtro. De utilidad exclusiva en fotografías de amaneceres o atardeceres, donde el sol queda en la zona central de la imagen.

   Como los degradados normales, también los hay con distintos tipos de intensidades y son aditivos.

   ND, o Densidad Neutra. Filtros que reducen la luminosidad, de manera uniforme, en toda la escena. Necesarios para conseguir velocidades lentas de obturación, en condiciones de luz excesiva para ciertas tomas. Imprescindibles para escenas de agua sedada.

   Asimismo, estos filtros también están disponibles con distintas gradaciones, desde 1 paso, hasta 10 pasos EV. No me atrevo a recomendar ninguno; todos son interesantes, dependiendo del efecto que te guste. Si me viese obligado a elegir uno, me decantaría por el de 3 pasos EV, teniendo en cuenta que para fotografía de paisaje es recomendable alejarse de las horas de mayor intensidad de luz. Con este filtro y un diafragma cerrado, fuera de las horas centrales del día, no tendrás ninguna dificultad en conseguir velocidades de 15 o 30 segundos de obturación; más que suficiente para fotografías con efecto seda.

   Otra cosa será que quieras conseguir ese efecto a pleno sol, lo cual sí que te llevará al uso de un 10 EV.

   Existen unos filtros ND denominados Vario, o Variables, en el que girando una combinación de dos filtros, tipo polarizadores invertidos, se consigue la posibilidad de tener un filtro de densidad neutra con distintos valores. Los hay hasta de 8 pasos EV.

   La posibilidad es tentadora, pero la realidad me ha demostrado que con angulares fuertes (la prueba la hice con un 17 mm.) los 8 pasos del Vario se reducen a 3. Pasando de ese valor, se forma un efecto aspa, que inutiliza la imagen.

   Comentar que, a la hora de adquirir filtros, es primordial tomar una decisión que condicionará la compra: el formato.

   Hay dos tipos de formato de filtros: circulares de rosca y cuadrados.

          • Circulares. Estos filtros tienen un diámetro concreto y necesitarás uno diferente para cada diámetro de rosca de cada objetivo que utilices. Si utilizas varias lentes del mismo diámetro, reducirás el gasto.   

          - Pros. Más baratos de compra. Sólo tienes que comprar el filtro, sin otro accesorio.

          - Contras. Necesitarás un filtro del mismo modelo, para cada diámetro de lente.

      • Cuadrados. Estos filtros son cuadrados o rectangulares, de un tamaño concreto, según el sistema de filtro.

   El juego consta de un portafiltros en el que podrás insertar el, o los, filtros que quieras utilizar y una arandela adaptadora para la lente.

   Hay dos tipos de arandela: estándar y angular. Asegúrate de comprar la arandela angular si quieres minimizar el efecto de viñeta.

           - Pros. Sólo tendrás que comprar un filtro de cada modelo que te interese, sin duplicarlos. Cada filtro vale para todos los objetivos que tengas, independientemente de su diámetro.

           - Contras. Necesitarás comprar una arandela para adaptar el portafiltros a cada objetivo que utilices. También aquí, si utilizas varias lentes del mismo diámetro, reducirás el gasto.

   Personalmente, y dado el precio de los filtros, a mí me parece más interesante la compra de un juego de portafiltros y arandelas. Te obligará a comprar una arandela diferente para cada diámetro de lente que tengas, pero siempre será más barata la arandela que un filtro.

   Los Polarizadores y los Vario son circulares, pudiendo, los primeros, en ocasiones adaptarse también al portafiltros cuadrado.

   Si te mueves en angulares hasta 17 mm., te recomiendo los filtros de 100 mm. tipo serie Z-Pro de Cokin, HiTech o Lee.

   Aunque el portafiltros viene preparado con ranuras para tres filtros, podrás utilizar dos filtros o uno, más polarizador, sin que viñetee. A partir de ahí, el viñeteo en las esquinas será progresivamente más acusado.

   Si fotografías con angulares más extremos, tendrás que dar el salto a filtros de tamaño superior, tipo serie X-Pro de Cokin (170x130 mm.) o similares.

   Los filtros son caros; comprueba tus necesidades e infórmate antes de comprar.

DIEZ CONSEJOS PARA MEJORAR TUS PAISAJES

       1. Estudia la luz.

   Ya sabemos que la luz es indispensable en fotografía. Es imposible tomar una imagen sin luz. Pero lo que deberemos tener en cuenta es la dirección, la intensidad y el color o dominante de la luz.

   La luz, en las horas centrales del día, es demasiado fuerte y directa, produciendo sombras muy intensas y eliminando el relieve y el volumen de la escena. Resumiendo, haciendo nuestras tomas con detalle, pero planas.

   Buscar la luz de las primeras y las últimas horas del día será requisito indispensable para conseguir paisajes más atractivos. En esas horas, la luz lateral, suave y con dominante rojizo-amarillenta, nos regalará sombras más tenues y llenará de volumen y color nuestras imágenes.

      2. Identifica un centro de interés.

   Recuerda que toda buena foto debe tener un protagonista. Estudia el entorno e identifica el tuyo dentro de tu paisaje, y organiza la foto alrededor de él. Reflexiona sobre qué es lo que te ha llamado la atención para querer sacar una foto. Puede ser el un río, una roca, un árbol, un juego de líneas, una sombra…

   Acuérdate de situarlo bien dentro de la imagen y de repartir el resto de los elementos de una manera ordenada y proporcionada, procurando llenar todo el encuadre.

   La distribución de elementos según la regla de los tercios te ayudará a estructurar un orden clásico, y casi siempre funciona.

      3. Composición (composición, composición…).

   Afila tus armas compositivas. La fotografía de paisaje te obligará a sacar a relucir todos tus conocimientos en composición.

   Si quieres acertar, al principio busca escenas sencillas, con un protagonista claro y fácilmente identificable.

   Tómate tu tiempo y analiza la escena. Aparta los elementos que no te gusten y puedan distraer: ramitas, piedras, basura, etc. Si eso es imposible, cambia el punto y el ángulo de toma. Habrá cosas que puedas eliminar en la edición, pero si no lo tienes que hacer, mejor.

   Repasa la escena antes del disparo. Presta especial atención a los bordes del encuadre para no cortar, ni dejar excesivamente en la esquina cosas interesantes. Elementos llamativos en los bordes (ramitas que forman líneas, puntos brillantes o con un color llamativo, etc.), harán que la vista del espectador se dirija hacia ellos, sacándole de la imagen.

   Ten en cuenta los tamaños y las distancias de los objetos entre ellos y al borde de la escena. Te ayudará a hacer todo más equilibrado.

   Todo esto lleva tiempo y es un poco confuso al principio, pero con la práctica te saldrá casi sin prestar atención. Simplemente verás tu foto proporcionada y compensada.

      4. Profundidad de Campo.

   Utiliza la mayor profundidad de campo que puedas. Mientras que en otros estilos de fotografía se juega con los desenfoques, utilizando esta faceta como un elemento compositivo más, la fotografía de paisaje se caracteriza por aplicar, por regla general, la mayor profundidad de campo posible, manteniendo nítida toda la foto.

   Recuerda los tres factores que determinan la profundidad de campo: Lente, Diafragma y Distancia al enfoque, y aprende a controlar el concepto de Distancia Hiperfocal.

      5. El punto de vista.

   Es imposible tomar una buena fotografía de paisaje sin una correcta elección del punto de vista. La colocación de la cámara es uno de los aspectos fundamentales a la hora de conseguir una fotografía decente.

   Sorprende que en manuales de fotografía se preste tan poca atención a cosas tan básicas como la localización del “escenario” y del punto de vista en una imagen, cuando la forma de trabajar de tantos buenos fotógrafos ha consistido en encontrar un entorno significativo, buscar desde dónde tomar la fotografía y esperar a que ocurriera algo. En el reportaje puede llamarse “instante decisivo”; en el paisaje quizá “síntesis de luz y espacio”.

   Por otro lado, y con asiduidad, hacemos las fotos desde el mismo punto de vista. De pie, con la cámara a la altura de los ojos. De este modo, las fotos resultantes siempre transmiten la misma sensación. Es lo que vemos habitualmente.

   Busca. Desplázate hacia los lados, échate al suelo, agáchate, súbete a algún sitio elevado… Modificarás la perspectiva y los elementos cambiarán de tamaño y proporción. Descubrirás nuevos puntos de vista, y conseguirás fotos diferentes y más sorprendentes.

      6. El primer plano y el fondo.

   Un consejo a tener en cuenta para añadir interés a un pasaje es incluir, en un plano cercano al observador, algún detalle que destaque.

   Añadir un elemento en el primer plano de la imagen hará que ésta tome fuerza, separando planos, potenciando la profundidad y dándonos mayor grandeza a la escena.

   También debemos ser conscientes de que los fondos existen, y se empeñan tercamente en tener un espacio importante en nuestras imágenes.

   Podemos semejar la imagen de paisaje a una obra de teatro donde el protagonista, primer plano, queda recogido en el escenario adecuado, el fondo, y que a su vez ayuda a ambientar la escena, realzando, sin distraer ni restar importancia, al actor principal.

   Por lo tanto, tendremos que analizar con la mayor atención, tanto el protagonista, como el fondo donde lo ambientamos, decidiendo dónde situamos los puntos de interés en el escenario del entorno, y evitando que entren en conflicto compositivo entre ellos.

   De la correcta ambientación de la escena y de la identificación y ubicación clara del centro de interés, surgirá una fotografía interesante. Las imágenes en las que todo sucede a lo lejos, sin un protagonista claro en primer plano, tienden a ser anodinas.

      7. Líneas y Horizontes.

   Las líneas son un fuerte recurso compositivo que nos ayuda a guiar la vista del espectador, marcando el recorrido a seguir en la lectura de la fotografía. Suelen ser más efectivas las líneas diagonales, ya que nos desplazan por toda la escena y las podemos utilizar para enlazar los planos cercano y lejano, entre los puntos fuertes de la imagen.

   Decir que una mala utilización de las líneas presentes en nuestra toma hará que el sentido de lectura sea erróneo y forzará la mirada del espectador fuera de la imagen.

   Debemos prestar una especial atención al escenario de nuestro paisaje para identificar cualquier elemento (carreteras, cercas, vías férreas, ramas, arroyos, piedras, sombras, nubes, etc.) que forme una línea. Si somos capaces de integrarla satisfactoriamente en nuestra imagen, habremos conseguido un punto importante a nuestro favor.

   La línea de horizonte tiene tanta fuerza que puede llegar a ser, por sí sola, el protagonista de la escena. Por supuesto, no nos podemos permitir ser tan simples en nuestra fotografía; habrá que reforzarla con algo más.

   Dicen los maestros en composición que una línea de horizonte centrada hará estáticos y con falta de dinamismo nuestros paisajes. Desplazar esa línea hacia los bordes del encuadre hará la escena más dinámica e interesante.

   Tan sólo nos queda decidir llevarla hacia la parte superior o inferior, dando más protagonismo a la zona de cielo, o suelo, que queramos potenciar.

   Que el cielo está falto de detalle, plomizo y sin nubes, pues intentaremos potenciar el suelo. Si, por el contrario, el cielo está llamativo, con nubes, y tiene más peso e importancia en la escena, pues le daremos más espacio que al suelo.

   A razón de las fotografías de paisaje que se ven a menudo, no está de más recalcar que si tanto el cielo, como el suelo, son insípidos y sin interés, deberíamos guardar la cámara y no perder el tiempo intentando conseguir una foto sin sentido.

      8. Profundidad.

   Siendo conscientes de que la imagen fotográfica es un documento bidimensional, el análisis de varios elementos nos ayudará a potenciar nuestros paisajes, aumentando la percepción de una tercera dimensión no presente: la profundidad.

   • Lineal. Incluyendo líneas que van juntándose en la distancia, crearemos un efecto de perspectiva y reforzaremos la sensación de que hay zonas de la escena que están en un plano posterior.

   • Atmosférica. La niebla, desdibujando los elementos retrasados, ayudará a separar planos.

   • Enfoque selectivo. Aunque normalmente nuestro paisaje estará enfocado desde el primer hasta el último plano, el juego con el desenfoque también es una herramienta útil para dar sensación de profundidad.

   • Escala. Elementos de un tamaño real aproximado, que aparecen con diferentes tamaños en la imagen, forzarán la impresión de que unos están lejos de otros.

    • Encuadre. Como hemos visto anterior-mente, incluir elementos cercanos en nuestra imagen, acercándonos mucho al primer plano, dotará a éste de unas proporciones que destacarán con las del entorno, forzando la separación de planos.

      9. Dinamismo.

   Normalmente, se suele asociar el paisaje al sentimiento de calma y tranquilidad. Pero, a poco que observemos, nos percataremos de que la naturaleza está en continuo movimiento y pocas veces encontramos esa calma total en la escena que estamos viendo en un momento determinado.

   El viento que mueve los árboles, las olas en el mar o la corriente de un río son ejemplos de la actividad que encontramos continuamente en la naturaleza. La captura de ese movimiento puede ayudarnos a transformarlo en un potente protagonista, llenando de dinamismo nuestra escena.

   Para plasmar ese movimiento en nuestra fotografía tendremos que utilizar velocidades de obturación bajas, lo que nos obligará al uso de un trípode.

   Como vimos en el apartado de equipo, la utilización de filtros ND nos ayudará a rebajar la luz en la escena y conseguir velocidades de obturación realmente lentas.

      10. La meteorología.

   Una escena variará completamente en función de las condiciones meteorológicas que se den en el instante de hacer la fotografía. Por lo tanto, elegir bien el momento en el que tomar nuestra imagen va a resultar determinante para obtener un resultado atractivo.

   Cuando empezamos en el mundo de la fotografía, asociamos el tiempo estable y soleado al mejor momento para hacer fotos. Con el tiempo nos iremos dando cuenta de la infinidad de posibilidades que ofrecen los días nublados, lluviosos, con niebla, etc. En estos días, la luz es más suave, reduciendo el excesivo contraste de los días de sol.

   No debemos dejar de buscar en días en que la luz es diferente. Empezaremos a generar diversidad en nuestras imágenes, llenándolas de interés y rompiendo la monotonía de nuestros habituales paisajes.

   Nota.

   Ten siempre presente que una composición cuidada y la búsqueda de la luz adecuada harán que tus paisajes mejoren notablemente y que estos son los    factores primordiales para pasar de imágenes mediocres, a tomas interesantes.

   Si la fotografía de paisaje que has hecho hasta ahora no te satisface, posiblemente sea el momento de que empieces a plantearte nuevas maneras de abordarla.

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